Es lunes 12 de agosto… el material de la salida del sábado está limpio, estoy recogiendo todo el material en el local y el cerebro no es capaz de dejar de pensar en qué habrá en ese meandro que dejamos el sábado sin explorar y de repente… rin, rin, rinnnnnnn, suena el teléfono… casi sin decir hola, la frase que suena al otro lado es: "el sábado volvemos, no???"
Por supuesto!!!
Así que llega el ansiado sábado y estamos los mismos tres (pringados, no quiero adelantar acontecimientos) que la semana pasada, preparados para que nuestros sueños se hagan realidad, así que para adentro!
Hacemos unos retoques en la instalación de los dos primeros pozos, en algún paso estrecho nos arrepentimos del almuerzo (y del petate) pero… por fin llegamos al meandro. Manos a la obra!!
Equipamos el pozo y…. sigue!
Una diaclasa estrecha nos espera para continuar por un meandro bonito (para quien le guste el barro). Continuamos bajando deslizándonos por el barro y con una montaña rusa de emociones: sigue, se acaba, sigue, se acaba, sigue….
Pero como todas las simas en esta vida (por lo menos en la mía) se acaban!!!
Llegamos a una rampa de barro con un sifón al final y después de estar mirándolo un rato y montándonos nuestras películas el subidon se convierte en bajón, ainsss.
Bueno todavía no está todo perdido, tenemos un aporte superior que mirar y buscar el aire que se pierde en algún lado. Lo damos todo y una frase que nos suelta Jaime lo dice todo: "estáis desesperados por buscar la continuidad pero creo que hoy no es el día".
Así que toca agachar la cabeza y para fuera, que salir de esta sima cuesta un poquito, teniendo en cuenta que sólo se oye: pu… petate!!!
Mientras que vamos saliendo y toca esperar en algún pozo o paso estrecho vamos maquinando qué hacer con el sifón, ya que parece que sólo es un charco grande con techo bajo pero será mejor meditarlo con una cerveza el jueves en el local.
Pero como dice Yoda: “Imposible nada es. Difícil, muchas cosas son.”
Participantes: Jaime, Africanus y Ainhoa